Sencillamente, la religion cristiana define que es un ser angélico caído de su posición en el cielo por pecar y que ahora está diametralmente opuesto a Dios, haciendo todo lo que está en su poder para desbaratar los propósitos de Dios para la humanidad.
Satanás o Satán es el término por el que las religiones abrahámicas designan a una entidad suprasensible que representa la encarnación suprema del Mal, aunque otros pueden verlo como el que desobedeció y se rebeló contra los mandatos de Dios.
En las religiones judía, cristiana e islámica, un ángel caído es un ángel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios. Según las leyendas más conocidas, después de la Primera Guerra en el Cielo, muchos ángeles fueron expulsados, convirtiéndose así en ángeles caídos. El ángel caído más reconocido por la historia es Lucifer; aunque esta palabra nunca se usa para referirse a un ángel caído dentro de la Biblia. La única estatua del mundo que hace referencia al ángel caído se encuentra en Madrid, en el parque de El Retiro (ver figura a la izquierda).
Diferencias entre judaísmo, cristianismo e islamismo: La visión que tienen las tres religiones monoteístas de Lucifer varía tremendamente. Mientras que para los judíos Lucifer, Satán y Belcebú son tres entidades diferentes, Satanás es un miembro de la Corte Celestial que ejerce como Procurador o Fiscal del Cielo, que asesora a Dios como una especie de acusador y Belcebú un horrible demonio. Los cristianos ven en Lucifer, Belcebú y Satán a la misma entidad; un ser demoniaco, malvado, el Ángel Rebelde que inició una revolución contra Dios en aras de derrotarlo y no someterse a su voluntad; solo que con diferentes nombres, pero una misma entidad. Para los cristianos, el Diablo es la personificación de toda la maldad del Universo, el origen de todo mal. En el Islam, el Diablo (Iblís) es sencillamente un djinn o genio malévolo, un espíritu de fuego, pero no un ángel pues los ángeles son incapaces de rebelarse según el Corán.
Satanás o Satán es el término por el que las religiones abrahámicas designan a una entidad suprasensible que representa la encarnación suprema del Mal, aunque otros pueden verlo como el que desobedeció y se rebeló contra los mandatos de Dios.
En las religiones judía, cristiana e islámica, un ángel caído es un ángel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios. Según las leyendas más conocidas, después de la Primera Guerra en el Cielo, muchos ángeles fueron expulsados, convirtiéndose así en ángeles caídos. El ángel caído más reconocido por la historia es Lucifer; aunque esta palabra nunca se usa para referirse a un ángel caído dentro de la Biblia. La única estatua del mundo que hace referencia al ángel caído se encuentra en Madrid, en el parque de El Retiro (ver figura a la izquierda).
Diferencias entre judaísmo, cristianismo e islamismo: La visión que tienen las tres religiones monoteístas de Lucifer varía tremendamente. Mientras que para los judíos Lucifer, Satán y Belcebú son tres entidades diferentes, Satanás es un miembro de la Corte Celestial que ejerce como Procurador o Fiscal del Cielo, que asesora a Dios como una especie de acusador y Belcebú un horrible demonio. Los cristianos ven en Lucifer, Belcebú y Satán a la misma entidad; un ser demoniaco, malvado, el Ángel Rebelde que inició una revolución contra Dios en aras de derrotarlo y no someterse a su voluntad; solo que con diferentes nombres, pero una misma entidad. Para los cristianos, el Diablo es la personificación de toda la maldad del Universo, el origen de todo mal. En el Islam, el Diablo (Iblís) es sencillamente un djinn o genio malévolo, un espíritu de fuego, pero no un ángel pues los ángeles son incapaces de rebelarse según el Corán.